Chef Gastón Acurio

Gastón Acurio es un chef, escritor, empresario y campeón de la cocina peruana. Con 33 restaurantes en 12 países, 20 publicaciones en su cartera y un programa semanal de televisión por cable, Acurio ha sido aclamado en todo el mundo por comenzar una revolución gastronómica en Perú. Este objetivo está a la vanguardia de todos sus conceptos, proyectos y organizaciones comunitarias.

A fines de la década de 1980, siguiendo los consejos de su familia, Acurio comenzó sus estudios en la escuela de leyes. Pero su pasión por la comida era más fuerte, por lo que decidió seguir una carrera de artes culinarias en Le Cordon Bleu Paris. Mientras estaba en el extranjero, Acurio conoció a su esposa Astrid, una mujer nacida en Alemania que también estaba trabajando en una carrera en la cocina. En 1994, la pareja regresó a Perú y fundó su restaurante homónimo, Astrid & Gastón .  Con su origen parisino, el restaurante originalmente se consideraba francés, pero con el tiempo, Acurio comenzó a experimentar con ingredientes peruanos, y se convirtió en uno de los primeros faros de la alta cocina peruana. En 2011, 17 años después de  Astrid & Gastón. Al abrir sus puertas, el restaurante se incluyó en la lista de "Los 50 mejores restaurantes" de San Pellegrino.

Le  siguieron los restaurantes  La Mar Cebicheria Peruana ,  Tanta ,  Panchita ,  Chicha y  Madam Tusan , cada uno de ellos centrado en una especialidad diferente en el vasto catálogo de la cocina peruana. El imperio de Acurio continúa evolucionando y creciendo con proyectos como el restaurante de fusión italo-peruana Los Bachiche , inaugurado en 2012

Su alcance internacional ayudó a Acurio a ser el "Emprendedor del año 2005" de  la  revista America Economía . Ha recibido honores por su trabajo en la promoción de la cocina peruana, incluido el premio internacional "Príncipe Claus de Holanda" en la categoría "Recuerdos colectivos y periodismo". Fue orador principal de Madrid Fusion 2011 y es un partidario principal de la Escuela de Pachacutec Cocina, proporcionando a los jóvenes desfavorecidos el acceso a una educación culinaria.

"Gastón puso de moda la comida peruana", dijo Indira Vildosola, una restauradora que trabajó como chef en los Estados Unidos, Chile y el Caribe antes de volver a casa para abrir su propio lugar en Lima.

"Con trabajo duro, puedes hacer cualquier cosa aquí"

Cuando comenzó en el extranjero, dijo Vildosola, tenía que explicar a los demás qué era la comida peruana. Pero a medida que se extendió la fama de Acurio, los dueños de restaurantes extranjeros comenzaron a buscarla, pidiéndole que preparara ceviche, pollo y otros platos peruanos. Ha sido un gran impulso para la autoimagen del país, dijo.

"Solíamos enorgullecernos de Machu Picchu", dijo, "y ahora estamos orgullosos de nuestra comida".

Acurio está entrenando a una nueva generación de evangelistas de la comida peruana en una pequeña escuela culinaria en los barrios marginales en las afueras del norte de Lima. El vecindario, Pachacutec, fue poblado por ocupantes ilegales que construyen chozas y pequeñas casas en las laderas arenosas más allá de una masiva refinería de petróleo.

Hoy en día, la escuela recibe alrededor de 500 solicitudes al año para 25 espacios. La matrícula es una quinta parte del costo de las escuelas culinarias en otros lugares, y muchos de los estudiantes tienen antecedentes humildes y de mala suerte.

Delia Puma, de 21 años, dijo que viaja cuatro horas en cada sentido para llegar a la escuela, activando su alarma a las 3:45 am. Creció ayudando a sus padres a vender refrescos y refrigerios en la playa. Habla con confianza de abrir su propio restaurante de mariscos que sirve la cocina fusión peruana-japonesa conocida como Nikkei. "Pero quiero ver el mundo primero", dijo.

Los instructores de la escuela son chefs de los restaurantes de Acurio. Hacen rotar a los estudiantes a través de cursos de repostería, carnes, salsas y otros fundamentos, así como administración de empresas y contabilidad. Después de las clases, muchos se dirigen a los distritos exclusivos de Lima para realizar pasantías en cocinas de restaurantes.

"No tengo ninguna duda de que podré abrir mi propio lugar", dijo César Mendoza, de 20 años, quien planea recaudar fondos mediante el lanzamiento de una empresa de catering con sus padres cuando se gradúe en diciembre.