Mandarinas | Usos y Origen

Las mandarinas tienen diferentes números de semillas en cada segmento, y algunas mandarinas tienen hasta 59 semillas. La mandarina recibió su nombre de Tánger, Marruecos. Las mandarinas fueron enviadas desde los puertos de Tánger a varias partes de Europa.

La mandarina de miel, originalmente llamada Murcott, es muy dulce, como su nombre indica. Otros tipos populares de mandarinas incluyen el Sunburst y Fairchild. Una de las variedades más antiguas y populares es la mandarina Dancy, pero ya no se cultiva ampliamente. El Dancy era conocido como la mandarina de piel con cremallera y también como el guante infantil naranja por su cáscara suelta y flexible.

La temporada alta para las mandarinas es diciembre, por lo que los niños a menudo reciben mandarinas en sus medias alrededor de Navidad. Una alternativa popular a las mandarinas son las clementinas, que también son una variante de la mandarina.

Usos

Aunque las mandarinas se ven hermosas en la mesa, se mantienen mejor en la nevera. Saque unos cuantos a la vez para rellenar el frutero, para que estén a temperatura ambiente cuando los coma.

La piel de una fruta muy fresca rociará aceite cuando se pela, y la fruta estará más jugosa.

Al igual que las naranjas, la piel está encerada, así que lávela bien con agua caliente antes de usarla para cocinar.

Las clementinas que se venden con sus hojas son bonitas, y las hojas brillantes y flexibles son la prueba de que la fruta es fresca. Agregue una hoja bien lavada a guisos de carne o platos orientales para darle un sabor a hoja de laurel.

Las mandarinas tienen los mismos compuestos y beneficios para la salud que muchas otras frutas cítricas como las clementinas. Una porción de clementinas o mandarinas suministra un suministro de vitamina C para todo el día. Desafortunadamente, solo alrededor de la mitad de los adultos consumen la cantidad recomendada de vitamina C diariamente.

La vitamina C es un antioxidante que tiene muchas funciones, como la promoción de la piel y las encías saludables. Cuando la vitamina C se consume al mismo tiempo que una fuente de hierro que no es necesariamente carne, la vitamina C tiene la capacidad de aumentar la absorción de hierro en el cuerpo.